«Tranquila» es probablemente lo que mejor describe a Villa Merina. Varios factores pueden contribuir a la sensación de bienestar que reina en esta villa.

Su auténtica arquitectura de casa de playa mauriciana y su tejado de paja. La paja es un material muy relajante, ya que refresca el interior y atenúa la luz y los sonidos. Su ubicación, esa parte de la costa de Mauricio codiciada por los veraneantes y asociada al lujo, ha conservado su carácter de «fin del mundo».

El prístino jardín marca la pauta, mientras que el verde césped de la parte delantera resalta los tonos turquesa y azul de la hermosa laguna de Belle Mare. Las tonalidades son aún más fascinantes al amanecer, sobre todo porque la vista puede apreciarse directamente desde la cama del dormitorio principal que se abre a la veranda.

La región se presta a diversas actividades.
Por tierra, paseos por las playas o por una carretera relativamente tranquila. La zona también ofrece una red de pistas para bicicleta de montaña, mientras que los aficionados al golf encontrarán dos campos de 18 hoyos a menos de 15 minutos en coche: The Links e Ile-aux-cerfs.

En el mar, se puede practicar kitesurf durante parte del año. Navegar en kayak por la gran laguna bordeada de manglares permite explorar numerosas calas y cuencas de agua salada. Para practicar snorkel se recomienda ir más al sur, a unos 10 minutos en coche. Se pueden hacer excursiones en lancha motora o en velero desde Trou d’Eau Douce, a sólo 15 minutos en coche.